Con el paso de los años se nos van las
edades adolescentes y con ellas las formas de divertirnos en esa
época se desvanecen. Pasamos entonces por un punto de inflexión en
el que ya no sabemos como se divierten los adolescentes hasta que
tienes un hij@ y te consideras el cambio tan radical cuando realmente
no es así.
La situación más cómica es : en el
momento en el que éramos pequeños/as y teníamos que ir a segundo
(da igual de EGB ESO o cualquier cosa...) y veíamos al alumnado del
año anterior y comentábamos entre nosotr@s
“Mira que peques son , yo era más alt@” o”Yo a esa edad estaba
aún jugando con juguetes y ell@s están
ya haciendo cosas de mayores”
Pues en parte ese momento en el que nos
alejamos de la tierna época adolescente-juvenil es , ni más ni
menos que eso y nos asustamos cuando nuestro hijo/a viene diciendo
que ya no quiere jugar con los juguetes o que probó el tabaco...
Por desgracia este alejamiento nos
provoca la falta de empatía y, en un principio puede dar lugar a no
saber como educar a ese chaval/a y por ello unas lagunas educativas.
A pesar de ser normal el hecho de
olvidarse de nuestras experiencias a largo plazo, es necesario tener
en cuenta que siempre tenemos que tener presente que esas edades
existen y están ahí, que a pesar de que tengamos diferencias
intergeneracionales siempre estarán ahí las formas de divertirse y
de conocer y las ansias de experimentar a pesar de que nuestro
entorno avance.
Para ello es necesario trabajar acorde
con cursos de información , y también recordar que tod@s
hemos tenido esa edad.
Es tan importante recordar esa edad
para poder a su vez educarla en nuestra descendencia , e
imprescindible tener una empatía mínima para trabajar con el
colectivo adolescente-juvenil.
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